Las economías del Perú y China reportaron tasas de crecimiento superiores al 3% en los últimos años, de acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Detalló que esa dinámica explicó que el comercio bilateral se haya triplicado en los últimos 10 años, registrando un récord de 23,268 millones de dólares durante el año pasado.
Así, desde el año 2014, China se ha convertido en el principal socio comercial de nuestro país.

Solo en el 2018, el intercambio comercial aumentó 14% por la mayor exportación (+14%) e importación (+13%); en tanto el saldo comercial se elevó a 3,173 millones de dólares.

Participación
Precisó que China es el principal destino de las exportaciones peruanas al concentrar el 13.7% de los envíos al exterior del 2018.

Estas colocaciones básicamente están conformadas por dos productos: cobre y harina de pescado (81.7%). Sin embargo, en los últimos años, China ha demandado otros productos.

En el 2018, las exportaciones a China consideraron mayores envíos de hidrocarburos (72%), químicos (35%), agropecuarios (24%) y minerales (14%).

En el caso de los bienes no tradicionales que Perú exporta a China se registró una disminución de 3.6% durante el año pasado. No obstante, su valor alcanzó los 470 millones de dólares, monto que supera largamente a las exportaciones totales a países como México, Argentina o Australia.

De acuerdo con el Mincetur, el bien no tradicional que Perú más exporta a China es la pota (137 millones de dólares), siendo China el segundo destino de este producto luego de la Unión Europea.

Agro
En 2018, las exportaciones agrícolas de Perú a China alcanzaron un récord al superar los 150 millones de dólares, destacando el arándano (33 millones de dólares), palta (30 millones de dólares), uva (41 millones de dólares) y tara (16 millones de dólares).

Hay que tener presente que China es cuarto importador mundial de fruta (6,395 millones de dólares), siendo Chile su segundo proveedor (800 millones de dólares) y el primero de la región. En este caso, el Perú es el noveno proveedor y el segundo de la región.

Asimismo, en los últimos años China ha elevado significativamente su demanda de productos de alpaca y pelo fino. Así, entre 2014 y 2018, la exportación peruana de estos productos aumentó de 26 millones de dólares a 53 millones de dólares.

La madera también es un producto importante que Perú exporta a China. En 2018, las exportaciones de madera a China descendieron de 59 millones de dólares a 53 millones de dólares.

Andina

CCL: El repunte de las exportaciones tradicionales y de las importaciones de bienes intermedios habría ocasionado el incremento.

Buenos indicadores fueron registrados para el comercio peruano durante la primera mitad del año, en esta ocasión la valorización de nuestro intercambio comercial con el resto del mundo llegó a US$45,000 millones, 15% por encima del mismo periodo en el 2017 y el mayor en cinco años.
Según el Centro de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la expansión de 12% de las importaciones y el crecimiento de 17% de las exportaciones serían causantes del escenario positivo.
Nominalmente, las importaciones y las exportaciones registraron un valor de US$21,136 millones y US$23,900 millones, respectivamente.
En tanto, la crecida de las importaciones se explica por el aumento de 16.7% o US$1,488 millones de las adquisiciones de bienes intermedios.
Cabe mencionar que las exportaciones peruanas las lidera el sector tradicional y crecieron en 19% o US$6,390 millones con respecto al año anterior.

Sin embargo, en medio de toda esta actividad económica, todavía hay oportunidades para disfrutar de un rato de ocio, como con los 25 tiradas gratis que ofrecen los casinos en línea.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este jueves aranceles de 10% a 300.000 millones de importaciones chinas a partir del 1 de septiembre, en una nueva escalada en las tensiones entre las dos grandes economías del mundo.
No obstante, el mandatario precisó que las negociaciones comerciales, que fueron retomadas esta semana en Shanghái, seguirán adelante.
«Esperamos continuar con nuestro diálogo positivo con China para un acuerdo comercial cabal y sentir que el futuro entre nuestros dos países será muy brillante», dijo Trump.
En una serie de mensajes en Twitter, el presidente aseguró que China «había accedido a comprar productos agrícolas de Estados Unidos en gran cantidad pero no lo hizo».
«Adicionalmente, mi amigo el presidente Xi dijo que iba a detener la venta de fentanilo a Estados Unidos. ¡Esto nunca ocurrió, los estadounidenses siguen muriendo!», dijo Trump, en referencia su homólogo chino Xi Jinping.
Las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos habían sido retomadas esta semana en Shanghái y ambas partes informaron que los diálogos fueron «productivos» para intentar poner fin a una guerra comercial desatada hace un poco más de un año por el presidente estadounidense para forzar a China a negociar.
Según el calendario de las conversaciones, está previsto un nuevo ciclo de contactos el mes próximo en Washington.
El anuncio cayó como un balde de agua fría sobre los mercados. El petróleo caía 6% en Nueva York y los principales indicadores de Wall Street operaban con pérdidas.
En Nueva York, el barril de «light sweet crude» (WTI) para entrega en septiembre perdía 6,91% por la tarde y se negoció a 54,54 dólares, mientras que el barril de Brent para entrega en octubre, un punto de referencia en el mercado de Londres, cedió 5,80% a 61,28 dólares. (I)

No basta con aumentar las exportaciones para mejorar la riqueza nacional. En una economía globalizada, puede ocurrir que un país como España tenga un papel intermedio en la producción y necesite importar muchos bienes para poder vender fuera. Tal es el caso del automóvil: el diseño se hace allá donde esté la matriz, y las piezas proceden de lugares más baratos. De modo que aquí solo se ensamblan los componentes, algo que reviste menos valor. Y, por tanto, lo que realmente se queda en la economía española al final es menor. Eso denuncia un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE): las exportaciones españolas generan menos empleo cualificado que en los principales países europeos, sostiene.
Gracias a la apertura comercial, la tecnología y el transporte, muchas veces hoy los bienes se producen a través de cadenas de producción o redes de colaboración en las que el trabajo se divide entre empresas y ubicaciones muy distintas. Son las llamadas cadenas de valor globales. Y la clave del éxito para un país consiste en retener las actividades que brindan un mayor valor añadido. El ejemplo clásico es el de un iPhone fabricado en China. Aunque se haya manufacturado en el gigante asiático, el grueso de los beneficios y salarios se dirige a Estados Unidos, que es donde se ha desarrollado el diseño y la tecnología. En China se queda muy poco.
Mientras que en España solo el 26% del empleo creado por las exportaciones de automóvil es de alta cualificación, en Alemania alcanza el 36,4%. En el textil, el trabajo cualificado supone en España el 16%, frente al 35% de Francia y el 33% de Reino Unido. En el sector agroalimentario español está en el 10%, lejos del 21% de Reino Unido, dice el documento. Y añade que aunque España haya avanzado en su integración dentro de las cadenas globales, el empleo en la industria manufacturera se reduce porque se ha estado deslocalizando hacia países emergentes. Ya solo representa un 11,1 % del total, hecho que sucede igual en las grandes economías occidentales y que está detrás de las actuales tensiones proteccionistas.
En un contexto de digitalización y robotización, el informe alerta de que la economía española se enfrenta a «mayores desafíos por su elevada concentración de ocupados en puestos de producción o fabricación, frente a los de creación o preproducción y, en general, los más basados en el conocimiento». «Los puestos relacionados con las actividades de fabricación son los más expuestos a la automatización y robotización. Afrontar esos retos pasa por mejorar el posicionamiento en las cadenas de valor, reorientando la especialización hacia las actividades y tareas más creativas, que generen más valor añadido», concluye.

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